Una Dieta Pobre Para Encoger el Cerebro

Dieta pobre para el cerebro. Comida chatarra.

Según estudios, una dieta pobre (comida chatarra) está estrechamente relacionada con la diabetes y la obesidad, y es perjudicial para el cerebro.

En todo el mundo, más del 39% de la población tiene sobrepeso y el 13% es obesa, el triple que en 1975. Pero este porcentaje es aún mayor en zonas desarrolladas como Europa y América, donde la prevalencia es del 50% al 60%.

Azúcares y carbohidratos en ayunas: mala dieta para el cerebro

Los investigadores señalaron: "En su conjunto, el conjunto de pruebas presentadas... sugiere firmemente que los niveles persistentemente elevados de glucosa en sangre en ayunas se asocian con la contracción del cerebro, la pérdida progresiva de funciones en varios dominios cognitivos, el desarrollo de demencia y, en última instancia, la muerte prematura. También está claro que los principales factores de riesgo de la diabetes tipo 2 contribuyen de forma importante a estos efectos y que esta clínica representa el mayor riesgo para la salud cerebral".

Dieta pobre para el cerebro. Comida chatarra.

Tanto la diabetes como los niveles más altos de glucosa en ayunas están relacionados con un menor volumen cerebral total. La investigación publicada en Radiology también descubrió que la obesidad puede provocar alteraciones en la estructura del cerebro, reduciendo ciertas regiones. Entre los hombres, un mayor porcentaje de grasa corporal total se relacionó con un menor volumen de materia gris cerebral. En concreto, un 5,5% más de porcentaje de grasa corporal total se asoció a un volumen de materia gris 3.162 mm3 menor.

La materia gris es la capa externa del cerebro asociada a las funciones cerebrales de alto nivel, como la resolución de problemas, el lenguaje, la memoria, la personalidad, la planificación y el juicio. En un estudio publicado por Sci News, un 5,5% más de grasa corporal total también se asoció con un volumen del globo pálido 27 mm3 menor, una asociación que también se observó en las mujeres.

En las mujeres, un porcentaje de grasa corporal total del 6,6% se asoció con un volumen del globo pálido 11,2 mm3 menor. Según Frontiers in Neuroanatomy, el globo pálido es una región del cerebro que desempeña un papel de apoyo a una serie de funciones, como la motivación, la cognición y la acción. La obesidad también se ha asociado a cambios en la microestructura de la materia blanca, que pueden estar relacionados con la función cognitiva.

Investigadores de la Universidad de Loughborough (Inglaterra) también han revelado que el exceso de peso en la zona media del cuerpo puede afectar a la salud del cerebro, e incluso provocar una preocupante disminución de su volumen.

En este estudio participaron 9.652 personas con una edad media de 55,4 años, más o menos 7,5, que recibieron puntuaciones tanto del índice de masa corporal (IMC), una fórmula errónea que divide el peso por el cuadrado de la altura, como de la relación cintura-cadera (RCC). (Creo que el cociente cintura-cadera es un indicador más fiable de su futuro riesgo de enfermedad que el IMC porque un cociente más alto sugiere que tiene más grasa visceral, una medida de la que el IMC no le dice nada).

Como se explica en Science Alert, los participantes con un IMC y una RCC en un rango saludable tenían un volumen medio de materia gris en el cerebro de 798 centímetros cúbicos, pero esto se redujo a 786 centímetros cúbicos entre los que tenían un IMC alto y un RCC alto.

Con esto, llegamos a la conclusión de que en ayunas debemos evitar consumir algunas bebidas y alimentos cargados de carbohidratos, como: pasteles, galletas, helados, dulces, frutas enlatadas que lleven azúcar agregada y los cereales endulzados; bebidas con azúcar agregada, como refrescos regulares, jugos y bebidas energéticas.