Cómo Evitar el Síndrome de la Fatiga Crónica

Las vitaminas y los minerales juegan un papel muy importante para mantener el cuerpo en buenas condiciones y así evitar el síndrome de la fatiga crónica. Hay suplementos a base de hierbas que han demostrado buenos resultados, y una dieta saludable y el ejercicio pueden ser una buena opción. Pero bien, ahondemos un poco más en el tema y miremos lo que demuestran algunos estudios.

Fatigarse a causa de la edad es natural. El envejecimiento provoca que el cuerpo trabaje más duro para mantener sus niveles de energía. El metabolismo se ralentiza y es menos eficiente en la producción de algunos de los nutrientes esenciales. Actualmente los científicos están aprendiendo que hay formas de contrarrestar el estrés a causa de la edad y las toxinas ambientales. De hecho, la vitamina B es de gran ayuda para contrarrestar la fatiga y el estrés, más específicamente el ácido pantoténico (vitamina B5).

Los minerales también son muy importantes. El magnesio y el potasio están implicados en la gran mayoría de procesos del cuerpo. Ellos son responsables de la energía celular, la contracción muscular, la conducción nerviosa y la regulación del corazón. La deficiencia de magnesio puede causar fatiga y puede dar lugar al síndrome de fatiga crónica. Así por ejemplo, aquellos que consumen suplementos de magnesio responden con un incremento de energía.

El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad que puede llegar a debilitar por semanas y a veces meses a las personas que lo sufren. Una de las teorías es que está relacionado con un desequilibrio en el sistema inmunológico y en los casos menos graves también puede estar relacionado con debilidad inmunológica. Estudios japoneses han demostrado que una sustancia rica en proteínas que se encuentra en algunas algas ayuda en el proceso de sustitución de los leucocitos. Pero bien, hablando de desequilibrio en el sistema inmunológico, recordemos que está más que demostrado que el estrés y la falta de descanso nocturno pueden ser propiciadores para desencadenar este desequilibrio, así que debes tenes mucho cuidado de evitar el estrés y debes hacer caso a tu reloj biológico o tratar de restablecerlo si ya está desajustado para tomarte tu debido y merecido descanso nocturno.

Otro destructor del síndrome de fatiga crónica es la equinácea, que fue una de las plantas medicinales más populares en la década de 1880 y recientemente ha vuelto a atraer la atención. La equinácea además tiene propiedades antivirales y es muy útil en la lucha contra las infecciones por hongos y bacterias.

Comer cereales refinados puede llevar a bajar los niveles de alantoína, y comer granos enteros o productos con granos enteros (como los panes integrales) puede ayudar a aumentar su producción (lo que es bueno), aunque te conviene evitar los granos con gluten si éste te afecta. El trifosfato de adenosina se encarga de almacenar energía en las células del cuerpo, y su producción es estimulada por la alantoína, cuando los niveles de trifosfato de adenosina llegan a bajar mucho la persona se siente débil y cansada, por lo que no conviene comer cereales refinados o productos de granos refinados.

La dehidroepiandrosterona es producida por las glándulas suprarrenales. Los bajos niveles de esta sustancia química es un factor decisivo para desencadenar la fatiga. Una investigación reciente publicada en el "New England Journal of Medicine" reportó que 259 hombres, seguidos durante un período de tiempo, mostraron que los niveles de dehidroepiandrosterona (DHEA) disminuyen con la edad, y aquellos con un historial de enfermedades del corazón y que tienen niveles muy bajos de esta sustancia tienen un mayor riesgo de muerte. De ahí que volver al uso de vitaminas, antioxidantes y protectores del sistema inmunológico para evitar el síndrome de la fatiga crónica sea necesario, además de estar al tanto de los alimentos a consumir y a evitar en la dieta contra la fatiga crónica, que espero publicar muy pronto.