Expertos en las necesidades emocionales infantiles dicen que el aumento de los niveles de la hormona del estrés (cortisol) en los bebés y los niños pequeños que están separados de sus padres, especialmente de sus madres, podría tener un impacto genético a largo plazo en las generaciones futuras.
En un comentario publicado por el Journal of the Royal Society of Medicine, autores comunican que varios estudios muestran que los niños pequeños que son cuidados fuera del hogar, y especialmente con cuidados de mala calidad durante 30 o más horas a la semana, tienen niveles más altos de cortisol que los niños que permanecen en casa con sus padres.
Sir Denis Pereira Gray, profesor emérito de medicina general de la Universidad de Exeter (Devon, en el sur-oeste de Inglaterra) y presidente de la organización benéfica para niños "What About the Children?", que escribió el trabajo junto a dos colegas, dijo: "La liberación de cortisol es una respuesta normal al estrés en mamíferos que se enfrentan a una emergencia y suele ser útil. Sin embargo, la liberación sostenida de cortisol durante horas o días puede ser perjudicial".
Los tres autores afirman que los niveles elevados de cortisol son un signo de estrés y que el tiempo que los niños pasan con sus padres es biológicamente más importante de lo que se suele creer. El estrés se ha asociado con los niños, especialmente los varones, que actúan de forma agresiva. No todos los niños están afectados, pero una importante minoría sí. El aumento de los niveles de cortisol se asocia con la reducción de los niveles de anticuerpos y cambios en aquellas partes del cerebro que están asociadas con la estabilidad emocional.
Los mismos autores han dicho que los factores ambientales interactúan con los genes, de modo que los genes pueden ser alterados, y una vez alterados por experiencias infantiles adversas, pueden pasar a las generaciones futuras, y que por lo tanto, tales efectos epigenéticos necesitan un estudio urgente.
Sir Denis Pereira Gray también añadió que la investigación futura debería explorar los vínculos entre el cuidado de niños pequeños en diferentes entornos, sus niveles de cortisol, el ADN y el comportamiento.
Fuente: https://www.sciencedaily.com/releases/2020/02/200218131850.htm